La de hoy, una casa de los años 20 construída por un médico inglés y que luego fue comprada por una orden de monjas francesas que la convirtieron en un Convento y Casa de ejercicios espirituales.
El convento es hoy la casa del artista Carlos Martín quien mantuvo el estilo y la calidez que encontró, por eso la decoración de la casa es austera pero derrocha detalles como la fuente que se consiguió partir de la bañera, se mantienen las vigas originales de madera lustrada, las puertas del convento se usaron como bajo mesadas, los claustros se unieron y son ahora los dormitorios; en fin ha sido una obra de tiempo, paciencia y mucho disfrute según su dueño...
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